
Por Raigan Nawel
Desde comienzos de 2025, en la comunidad de Corral del Sur, comuna de Puyehue, una serie de denuncias levantadas por vecinos organizados advierte sobre el impacto devastador que está generando la empresa Movitex, dedicada a la extracción de áridos y producción de mezcla asfáltica. Esta situación no solo afecta la vida cotidiana de los habitantes, sino que pone en riesgo una de las riquezas más valiosas del territorio: su capacidad de producir alimentos.
La instalación de Movitex en 2020 se ha traducido en un conflicto permanente con las familias productoras de alimentos que dependen de las aguas del Río Moro. El polvo en suspensión, el ruido constante, el tráfico de maquinaria pesada y la contaminación del agua han deteriorado cultivos, afectado el pasto para animales, y alterado gravemente la calidad de vida, no es primera vez que esta empresa dificulta la vida comunitaria de los vecinos, también tuvieron denuncias en Ancud Chiloe mientras operaban en la isla al sur de la FütawillimapuAncud – Chiloe
Álvaro Marchandón Garrido, dirigente del Comité de Riego Asociativo, relata que desde sus inicios han presentado denuncias ante la Municipalidad de Puyehue y la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA), sin recibir soluciones. “Los árboles no dieron fruto, el agua está contaminada y nadie ha hecho estudios”, afirma.
Instituciones que administran el abandono
Pese a las múltiples fiscalizaciones y multas que bordean las 460 UTM, la empresa continúa operando con normalidad. La alcaldesa de Puyehue, María Jimena Núñez, reconoce la impotencia institucional frente a contratos estatales: “No podemos intervenir si tienen convenios con Vialidad”.
La diputada Emilia Nuyado, quien ha respaldado el reclamo vecinal, denuncia que “la empresa no cumple normativas, hay chancadoras funcionando todo el día, el municipio hizo oído sordo y Vialidad protege a esta empresa”.
Desde la Seremi de Salud, Claudio Millaguín confirma que se han realizado sumarios y aplicado sanciones, pero ninguna acción ha frenado la operación de Movitex. La empresa ni siquiera ha establecido canales de diálogo directo con las comunidades. Ver SNIFA
Modelo económico ajeno, consecuencias locales
Mientras el Estado de Chile permite que empresas como Movitex lucren con los bienes comunes del territorio, las comunidades —como la de Corral del Sur— ven frustrada su vocación productiva. El Comité de Riego que agrupa a varias familias campesinas cultivan huertas, cría animales y gestiona el agua de manera sustentable mediante energías renovables.
Su modelo se basa en la autosuficiencia, el respeto a la tierra y el cuidado del agua. No genera impacto ambiental, pero está siendo desplazado por una lógica extractiva que niega su existencia.
Este conflicto evidencia lo que desde la visión económica mapuche se denuncia hace décadas: las instituciones chilenas y las empresas privadas operan como entes intrusos, ajenos a la administración de la abundancia, desconectados de la protección de las riquezas naturales y del buen vivir de quienes habitan los territorios.
Advertencia desde la tierra
Si se permite que esta situación continúe, lo que está en juego no es solo un caso local: se compromete el derecho a producir alimentos sanos, la salud comunitaria, la protección de las aguas y el equilibrio de los ecosistemas.
Hoy, los vecinos siguen esperando tres informes clave que podrían frenar el avance de la empresa: uno del SAG sobre el uso de suelos, otro de la DGA respecto a las aguas intervenidas, y una resolución de la SMA sobre el plan de manejo ambiental.
Mientras tanto, la comunidad resiste, denuncia, documenta y advierte: no habrá soberanía alimentaria ni justicia ambiental mientras las instituciones sigan sirviendo a intereses empresariales irresponsables en vez de resguardar la vida en los territorios y todas sus formas de vidas.