El 12 de febrero de 1712, Chiloé fue escenario de una de las rebeliones significativas de la historia mapuche: la Rebelión Williche, un levantamiento decidido un mes antes en Rilán tras largas discusiones entre comunidades. Mientras el sistema colonial extranjero imponía sus instituciones, ceremonias y efemérides, las comunidades nativas enfrentaban la injusticia y explotación de los nuevos hacendados.
En ese contexto, la preparación del Viernes de Cenizas, parte de las tradiciones hispano-católicas, dio a los nativos una oportunidad inesperada para articular su causa. es Este episodio histórico ha inspirado hoy la creación de la Confederación Mapuche Williche Lafken Mapu Chilwe, una organización que se alza como símbolo político, cultural y espiritual del Pueblo Nación Mapuche en Chilvwe.
1712: Resistencia, Sabiduría y el Poder del Palin
En un Chiloé sometido, la opresión no apagaba el espíritu. En Quinchao, Quetalco y Rilán, las comunidades debatían cómo resistir frente a un enemigo armado con conocimiento militar y pertrechos. No era fácil unificar voluntades, pues las voces de resignación competían con los llamados a la acción. En este contexto, el palin, juego ancestral mapuche, se transformó en una herramienta decisiva.
Los partidos de palin se convirtieron en un espacio de resolución de controversias y construcción de consensos. Entre carreras y lanzamientos, se delinearon las estrategias de la rebelión, se eligieron los líderes y se definió la fecha del ataque. El palin, con su profundo arraigo espiritual y comunitario, se convirtió en un símbolo de unidad y resistencia, encarnando los valores de reciprocidad y equilibrio del pueblo mapuche.
Revitalizando la Memoria Colectiva
Por décadas, la Rebelión de 1712 permaneció como un acontecimiento relegado a notas históricas. Sin embargo, en la memoria viva de las comunidades nativas, el espíritu de lucha seguía latiendo. Fue en 2012, con la instalación de los che mamull (ofrendas y posicionamiento de la cultura en rituales ceremoniales) en el cerro Tren Tren de Castro, cuando comenzó una reinterpretación cultural del evento. Según Emilio Guaquin Barrientos, lonko de Chonchi (Huicha Pucatue), “los historiadores se limitaban a referencias entre ellos, sin analizar el trasfondo cultural. Al profundizar en nuestras tradiciones, descubrimos que el palin fue clave para resolver las divisiones y generar consenso sobre la rebelión”.
Además del palin, la dimensión espiritual fue fundamental. Guaquin destaca que en Quetalco existió una fuerte presencia de machi que, con su conocimiento ancestral, reforzaron la convicción de las comunidades. Este equilibrio entre lo espiritual y lo estratégico marcó la diferencia, mostrando que la resistencia no era solo militar, sino también profundamente conectada con el cosmos y la identidad mapuche.
Un Ejercicio Contemporáneo de Autodeterminación
Inspirados por los principios de la Rebelión Williche, el 11 de enero de 2025 se realizó un histórico Trawun en Chonchi (Kutralwe Huicha-Pucatue). En este encuentro, representantes de comunidades de Lemuy, Chonchi, Dalcahue y Quemchi fundaron oficialmente la Confederación Mapuche Williche Lafken Mapu Chilwe, estructurada en dos dimensiones: una tradicional-cultural y otra administrativa.
Estructura Tradicional
- Lonko: Emilio Guaquin (Chonchi)
- Werken: Luis (Lemuy), Patricio (Chonchi), Noelia (Dalcahue), Marta (Quemchi)
- Kumelfe y Lawentuchefe: Florentina, junto a machi y otros líderes espirituales.
Estructura Administrativa
- Presidencia: Karla (Chonchi)
- Secretaría: Silvana (Quemchi)
- Tesorería: Viviana (Lemuy)
Un Futuro Basado en la Soberanía y el Bienestar
La Confederación surge con el propósito de fortalecer la soberanía territorial y gestionar el uso de las riquezas naturales, garantizando una distribución justa de responsabilidades y recursos. Su misión abarca todos los aspectos del desarrollo comunitario: político, cultural, espiritual, económico y organizacional.
“La autodeterminación no es solo un derecho, es nuestra responsabilidad para con nuestras comunidades y nuestras generaciones futuras”, afirma el comunicado del Trawun. Al conectar las enseñanzas del pasado con las necesidades del presente, la Confederación representa un paso firme hacia un futuro donde la cultura y los valores mapuche sean protagonistas en la construcción de una sociedad más justa y equilibrada.
En cada partido de palin, en cada ceremonia y en cada decisión, late el espíritu de 1712. La historia, ahora revitalizada, se convierte en la guía para forjar un camino de autodeterminación y dignidad.
Por Huenumil Caniqueo