Entre los pactos internacionales firmados por la Nación Mapuche y sus entidades territoriales con otros gobiernos del mundo se encuentra el Tratado de Tapihue(Xaponwe) de 1825. Este acuerdo de paz y comercio surgió tras múltiples conflictos entre la nación milenaria y el reciente Estado de Chile. El tratado contiene principios fundamentales de acuerdos limítrofes, cooperación mutua, comercio y paz duradera. Al cumplir 200 años de vigencia, su relevancia persiste, ya que no existe un acuerdo que haya puesto fin a sus disposiciones ni está estipulado su término en el propio documento. Sin embargo, la actualidad revela un escenario desigual entre los protagonistas, marcado por una invasión militar en 1851 que violó lo estipulado, sin previa declaración de guerra, con la matanza de civiles, confiscación de tierras y la anexión al territorio chileno hacia 1883.
A través de una convocatoria organizada por el Parlamento de Autoridades Ancestrales Pu Kuifike Lonko ñi Nutram, liderada por los lonko desde Ngulumapu (territorio oeste del país mapuche), las identidades territoriales se reunieron en la actual comuna de Yumbel (Yogunfel). Con el propósito de mantener viva la vigencia del tratado, deliberaron sobre sus articulados y acordaron estrategias modernas para restablecer sus contenidos. Entre los temas centrales se incluyeron la ratificación de límites territoriales, la estructuración de una autoridad institucional, la definición de erarios e impuestos en el territorio, y la promoción de autonomía mediante la restitución territorial demandada.
Ratificación y funcionamiento
El desarrollo del Kollagtun de Tapihue entre los días 5, 6 y 7 de enero estuvo marcado por tensiones propias de los acontecimientos. Cada interviniente, desde sus respectivas organizaciones, expresó visiones sobre la realidad mapuche actual. Aunque el mapudungun, idioma ancestral, fue utilizado mayormente por lonko y algunos werken, la mayor parte de las intervenciones se realizaron en el idioma oficial de Chile, reflejando la compleja relación de convivencia y resistencia.
Un documento oficial emitido durante el encuentro reafirma la importancia del tratado: “Como autoridades ancestrales herederos de este tratado, reafirmamos la ratificación e implementación del Tratado de Tapihue de 1825 entre el lonko Francisco Mariluan y el Estado chileno, marcando un hito de diplomacia entre naciones modernas. Este parlamento define nuestra soberanía y límites territoriales (territorio y maritorio).”
La presencia de líderes tradicionales mapuche al frente del encuentro reafirma la existencia de una estructura geo sociopolítica liderada por Pu Lonko, Ngenpin y Werken, quienes representan al Meli Witxan Mapu y asumen la gobernabilidad para consolidar la unidad de los pueblos que componen la Nación Mapuche, como lo establece el punto 4 del documento oficial.
Condonación de deuda y recaudación
Respecto a la economía, Wallmapu ha sido fuente de riquezas durante todo el proceso de instalación de Chile. La explotación de sus tierras ha generado grandes ganancias para instituciones chilenas y extranjeras, mientras que los habitantes mapuche enfrentan pobreza creciente. En este contexto, el punto 4 del documento establece: “El Parlamento de Autoridades Ancestrales trabajará un mecanismo bilateral para determinar todas las políticas sociales, culturales, económicas, medioambientales y políticas que regulen la relación entre el pueblo-nación mapuche y el Estado chileno.”
Además, el punto 6 de la declaración exige “una política de reparación y recaudación de impuestos al órgano institucional mapuche” para compensar el usufructo de recursos naturales en el territorio de Wallmapu. Otros puntos del documento incluyen la condonación de deudas educativas para estudiantes mapuche, la regulación de la migración hacia Wallmapu y la actualización de demandas acorde con las realidades modernas.
Conscientes de divisiones y diversidades
Finalmente, los asistentes reconocieron los desafíos internos que enfrenta la Nación Mapuche debido a la permeabilidad de ideologías externas que han generado divisiones. Ante esto, los lonko recibieron un mandato esencial: lograr el Kiñeluwvn (unificar y avanzar), desplegando las sabidurías existentes para encontrar mecanismos esenciales mediante el Gvnezuam (pensamientos basados en análisis reflexivo), el Feyetuluwvn (convicción y creencia por defender el pensamiento) y el Yamugvn (respeto consensuado). Estos conceptos, arraigados en la cosmovisión mapuche, representan actitudes y comportamientos auténticos otorgados por Elchen (creador) y El Mapun (la tierra).
Reafirman, además: “No podemos continuar bajo las influencias de ideologías ajenas como el Ka Xipache (gente o sujeto distinto a la cultura) o el Ka Molfuiñ (otra sangre, otros genes, otros adn, por lo tanto, actúan de otra manera y de acuerdo a eso tiene comportamientos y actitudes), que desvían nuestra esencia y propósito. Es imprescindible reencontrarnos con nuestros principios ancestrales. Solo así podremos avanzar hacia un Rvkvluwvn (apoyarse afirmarse defenderse. complicidad, sostenerse en la buena y las malas) y un Mvmulugvn (compactarse. unión, cohesión, cobijarse, lealtad efectiva).”
En conclusión, la lucha mapuche debe estar basada en los valores propios, sin diluirse en intereses externos, preservando la firmeza y dignidad que caracteriza a este pueblo milenario.
Por Raigan Nawel