Una enunciación que costó movilizaciones nacionales, presos políticos y años de lucha por parte de los pueblos originarios ahora enfrenta un grave peligro. La Ley Lafkenche, que protege los bordes costeros y reconoce el derecho de los pueblos originarios a solicitar Espacios Costeros Marinos de Pueblos Originarios (ECMPO), está bajo amenaza. Las transnacionales extractivistas, con apoyo de sectores políticos, buscan modificar esta ley en favor de sus intereses, denunciaron líderes mapuche y representantes de otros pueblos indígenas durante una reunión en Forrahue, Región de Los Lagos.
Un ataque a los derechos ancestrales
La declaración fue emitida el pasado 22 y 23 de noviembre de 2024 en el marco de una consulta sobre biocombustibles realizada en Forrahue (Osorno), un trámite más de los que Chile ejecuta para cumplir acuerdos internacionales, pero que, según los dirigentes, «sirven para validar planes extractivistas que vulneran derechos indígenas».
Durante la jornada, los líderes denunciaron que el Senado aprobó una medida para suspender las nuevas solicitudes de ECMPO y eliminar el presupuesto asignado a la Ley Lafkenche para 2025, según el Proyecto de Ley de Presupuesto de dicho año. Este hecho, promovido por los diputados Mauro González (Región de Los Lagos) y Marcia Raphael (Región de Aysén), fue calificado como “una persecución sistemática contra los derechos de los pueblos indígenas” y denunciado como inconstitucional.
El mar como identidad y vida
Para los pueblos originarios, el mar no es solo un recurso natural; es un espacio sagrado y cultural que forma parte de su historia y de su vínculo con el territorio. La declaración conjunta firmada por representantes de los pueblos Diaguita, Coya, Changos, Kawesqar, Mapuche, entre otros, reafirmó que cualquier modificación de la Ley Lafkenche sin consulta previa, libre e informada, es una violación al Convenio 169 de la OIT y a tratados internacionales ratificados por Chile.
“El mar no es un negocio para los poderosos; es nuestra identidad, nuestra historia y la herencia que protegemos para las futuras generaciones,” expresaron los dirigentes, denunciando además que el avance de las transnacionales salmoneras y extractivistas ha dejado un historial de destrucción ambiental en los mares y fiordos del Wallmapu.
El llamado al presidente Boric: Chile tiene una oportunidad
Los líderes originarios emplazaron al presidente Gabriel Boric a ejercer su facultad de veto para frenar esta indicación legislativa que calificaron como “una regresión en los derechos adquiridos”. Según los dirigentes, el veto sería una muestra clara de voluntad para proteger los derechos indígenas y garantizar el respeto por el medioambiente.
“Exigimos que se detengan estas iniciativas que atentan contra la constitucionalidad y los derechos protegidos por acuerdos internacionales. El presidente Boric debe actuar en coherencia con los compromisos de su administración,” declararon los asistentes.
Una lucha que trasciende leyes: consulta y participación
Más allá de defender la Ley Lafkenche, los pueblos originarios exigen respeto por los procesos de consulta previa como mecanismo esencial para la toma de decisiones. Según los dirigentes, la modificación o eliminación de esta ley sin la debida consulta vulnera el derecho de representación y participación de los pueblos indígenas, consolidando un modelo de gobernanza que excluye las voces de quienes históricamente han habitado y cuidado estos territorios.
“La consulta no puede ser un trámite burocrático; es un derecho fundamental para garantizar el respeto a nuestras culturas, nuestras decisiones y nuestro futuro como pueblos», señalaron.
Una ley en peligro, una resistencia viva
La Ley Lafkenche no solo protege los bordes costeros; simboliza una conquista histórica de los pueblos originarios frente a la presión de las transnacionales. Hoy, su fragilidad revela el desequilibrio en el sistema legislativo chileno, que prioriza intereses económicos por encima de la protección del medioambiente y el respeto a los derechos de los pueblos indígenas.
“Chile tiene la oportunidad de demostrar que los compromisos internacionales y los derechos ancestrales no son solo palabras vacías. Proteger la Ley Lafkenche es proteger la esencia misma de lo que somos como pueblos y como nación,” concluyeron los representantes.
Por Huenumil Caniqueo