En el año 2016 se registró el mayor desastre ambiental provocado por las salmoneras en Wallmapu, afectando al Seno de Reloncaví y a la isla de Chiloé. En 2024, el Sindicato Transitorio de Trabajadores Agrícolas, que operan en el sector frutícola, denunció los bajos salarios que reciben, consecuencia de la inmigración, la presencia de contratistas y la permisividad legal del Estado chileno, que administra el territorio ocupado del oeste del país mapuche. En ambos sectores, el Banco Rabobank de Holanda actúa como fuente principal de financiamiento, presentándose como promotor del respeto al medio ambiente y el desarrollo sostenible, aunque sus actividades demuestran lo contrario. Sus acciones afectan negativamente la relación de la sociedad con la Ñuke Mapu (Madre Tierra).
Colusión con las salmoneras
Como se ha mencionado en reportajes anteriores, mediante el método de Land Grabbing (acaparamiento de tierras), la banca internacional extiende su influencia en Wallmapu, financiando proyectos industriales en sectores como la agricultura y la pesca. Hoy, la infraestructura extractivista está mayormente en manos de empresas extranjeras que explotan las riquezas del territorio. Subastas, remates e intervenciones en las organizaciones locales son herramientas clave para debilitar los esfuerzos de las comunidades por proteger su territorio.
Desde Guaitecas, el Lonko Daniel Caniullán, de la Autoridad Nacional Ancestral Mapuche, declara: “Nuestro territorio es rico en diversidad económica y cultural, y si no lo cuidamos, pasará a ser parte del acaparamiento de los poderes económicos que se instalan en nuestras tierras”.
Caniullán contó a WaiwenTV.net que, al estar bajo la administración de Chile, las comunidades lograron implementar la Ley 20.243, conocida como Ley Lafkenche, para proteger el territorio. Sin embargo, la aplicación de esta ley no fue efectiva en los recientes eventos de intervención de las compañías salmoneras que explotan las riquezas en los fiordos del sur. La decisión de rechazar la solicitud de espacios costeros marinos a los pueblos originarios, presentada el 29 de febrero de 2024 por las comunidades Pu Wapi e Islas Huichas en Puerto Cisnes, buscaba proteger 6.000 hectáreas para gestionarlas de manera más integradora, regenerativa y sostenible.
Es el propio Caniullan que hace su acertada observación sobre las fórmulas intervencionistas de las empresas salmoneras con los bancos “Ellos luchan por una concesión acuícola, que hoy día está avaluada en alrededor de 10 millones de dólares para criar salmón en cautiverio. Inscriben esta concesión en el Conservador de Bienes Raíces de la jurisdicción correspondiente, y con ese título de dominio lo dejan en prenda en los bancos, un bien que es de uso público lo utilizan como garantía para obtener créditos millonarios”, explica el lonko, protector de las tierras del sur.
Lo amargo del sector frutícola
Según cifras oficiales, el sector frutícola opera con más de 2 millones de trabajadores en temporada alta, pero para Alejandro Santa María, del Sindicato de Trabajadores Transitorios, este dato está desactualizado: “Son 4 millones de personas las que se mueven entre los distintos huertos. Como sindicato, vamos a registrar a los trabajadores con un carnet propio para evidenciar lo que realmente está ocurriendo: la introducción de inmigrantes indocumentados en los huertos genera una crisis social, ya que los trabajadores locales se ven limitados a exigir sus derechos laborales”.
Andrés Liempi, dirigente sindical mapuche, agrega: “La gente está trabajando por 5.000 a 8.000 pesos diarios, una realidad que nos afecta como trabajadores y como dueños de las tierras donde operan estas empresas, que convocan a los trabajadores a través de contratistas”.
Por esta razón, el sindicato está tomando acciones: “Nos organizamos para evidenciar las prácticas de estas empresas y establecer nuestras condiciones. Si una empresa no actúa de manera adecuada, convocaremos a exportadores, compradores, ministerios de Economía, Hacienda, Trabajo y Relaciones Exteriores, para encarar el abuso que está ocurriendo”, afirma Santa María.
Banking for Food
El término se refiere a la financiación de los sistemas alimentarios, donde los bancos invierten y especulan en el sector agrícola y alimentario. Este concepto describe la creciente influencia de las finanzas globales en la producción, distribución y comercialización de alimentos. A través de inversiones en tierras agrícolas, las instituciones financieras buscan maximizar sus ganancias, lo que a menudo resulta en la concentración de la propiedad de tierras y recursos alimentarios en manos de grandes corporaciones y fondos de inversión.
Este fenómeno genera especulación en los precios de los alimentos, lo que afecta su accesibilidad, especialmente en las regiones más vulnerables. Además, fomenta prácticas agrícolas intensivas que impactan negativamente el medio ambiente y la seguridad alimentaria a largo plazo.
Rabobank Finance, filial del Rabobank de los Países Bajos, ha sido objeto de múltiples denuncias a nivel mundial, en países como Rumania, Polonia y Brasil. En Chile y Wallmapu, está presente desde 2012 y, en su página web, se autodefine como promotor de la seguridad alimentaria mundial, bajo el lema: Banking for Food.
Por Huenumil Caniqueo