La llegada de los españoles al territorio dio lugar a una de las guerras más largas libradas por la nación mapuche. Aldeas, kawün, lof y comunidades fueron conociendo las prácticas sanguinarias del ejército imperial europeo. La violencia desatada desde el norte generó numerosas batallas y resultó en la firma de varios tratados para mitigar los enfrentamientos. Entre ellos se encuentran los acuerdos de paz que, en estos días, se conmemoran: los firmados en Daguipulli (2 de julio de 1793), Kvlakawvñ (21 de agosto de 1793) y la ratificación de sus contenidos en Chausrakawvñ, a orillas del río Rahue (11 de septiembre de 1793).
Las tres reuniones para establecer los puntos del convenio se realizaron en lo que hoy sería la ciudad de La Unión, en la región de Los Ríos. Quilacahuín, un centro misional religioso ubicado en el sector costa de la comuna de San Pablo y, finalmente en Osorno donde cada año, organizaciones mapuche aún mantienen viva la memoria de estos eventos.
Ayllasrewel Daguipulli
Daguipulli es hoy la ciudad de La Unión, en la provincia de El Ranco. El Apo Gvlmen Calfuguir, junto a los Gvlmen Calloguise (de Trumao), Paillamanque (Copihue), Comolay (Catalán), Antipay (Auquinko), Quiduyau (Chan Chan) y Calfuñanco (Melivilu), convocaron a una reunión en la que participaron como invitados el cacique Colvn de Quilacahuín y Guayquipan de Las Juntas. En esta primera convocatoria, realizada el 2 de julio de 1793, se pactó un traftun que sería el primero de tres encuentros, culminando en el Tratado de Las Canoas.
El territorio de Calfuguir (Zorro Azul) se extendía desde Paillaco hasta Trumao y desde el río Wenuleufu (río Bueno) hasta Chanquin. La reunión concluyó con un abrazo y el intercambio de laureles con los misioneros españoles.
Ayllasrewel Quilacahuín
Ubicada a 36 km de Osorno, en la comuna de San Pablo, Quilacahuín alberga actualmente un establecimiento educacional, servicios comerciales, gastronómicos y un hospital intercultural que considera aspectos de la medicina mapuche.
El 21 de agosto de 1793, los Apo Gvlmen que participaron en el anterior traftun se reunieron nuevamente, esta vez acompañados de nuevos invitados que el cacique Colvn quiso incorporar, como Ancaguir (Cudico) y Pailapan (Los Juncos). La diplomacia avanzó de la mano de la religión, siendo los primeros en ser recibidos los misioneros católicos, quienes facilitaron los acuerdos de paz.
Ayllasrewel Chausrakawvñ
En lo que hoy es la ciudad de Osorno se encuentra el fuerte militar Reina Luisa, testigo de las grandes contiendas entre los ejércitos español y mapuche. El 11 de septiembre de 1793 se firmó un acuerdo que puso fin a las hostilidades.
Aunque algunos caciques como Guayquipan de Las Juntas no participaron en esta ocasión, se sumaron otros como Antiñir y Caniu, quienes cedieron tierras a los españoles entre los ríos Rahue y Mauche (río Damas) hacia la cordillera de los Andes.
Contenidos del Tratado
El Tratado de Paz se firmó en un momento de gran debilitamiento de la sociedad mapuche, que había cedido gran parte de su autonomía al aceptar la religión y las prácticas institucionales españolas. Entre los puntos principales del acuerdo se destacan el bautismo y el casamiento, que antes eran rituales mapuche de compromiso y que pasaron a ser celebrados por la Iglesia católica, así como la instrucción y enseñanza dentro del sistema educativo español.
En términos de justicia marcial, los mapuche debían recurrir al gobernador español, lo que les hizo perder su autonomía en la toma de decisiones. Además, estaban obligados a prestar auxilio en caso de amenazas contra la estabilidad española en las tierras ocupadas.
Según las interpretaciones históricas, estos tratados se dieron bajo una fuerte presión de exterminio, que diezmó considerablemente la población mapuche. Aunque el tratado fue firmado bajo coacción, las autoridades mapuche dejaron claro que las tierras serían cedidas únicamente para su uso y no para su usufructo, manteniendo la potestad mapuche sobre ellas. Con el tiempo, los descendientes deberían reclamar nuevamente la tierra como suya, definen los documentos que registran el momento histórico.
Por Raigan Nawel